miércoles, 28 de julio de 2010

Una parte no es la totalidad

Un comportamiento sobre el que es provechoso poner atención es darle a algo parcial el caracter de totalidad. O como se dice habitualmente Tomar la parte por el todo. Además es algo que solemos hacer sólo con las cosas negativas. 

Podemos decir por ejemplo "Ha sido un día horrible". Es probable que la mayor parte de las cosas que nos hayan sucedido fueran desagradables, pero TODO no. No se trata de ingenuidad, ni de optimismo barato, sino de permitirse la observación de reconocer que el 90 % (o 95% si ha sido realmente horrible) del día fue malo y un pequeña parte fue buena. 

Un uso frecuente es el de generalizar en las habilidades o la falta de ellas. Frases como "Todo lo que hago me sale mal" corresponden a una visión de la realidad que convierte aquello que nos sale mal en la totalidad de las cosas que hacemos. Y no todo lo que hacemos nos sale mal. Lo mismo sucede con expresiones como "Siempre me equivoco" cuando ahora nos hemos equivocado pero en otro momento no. O cuando existe la posibilidad de que en el futuro no nos equivoquemos. Una forma más realista sería algo como "Hasta ahora me he equivocado la mayoría de las veces, pero puede ser que más adelante acierte". Por lo tanto no es SIEMPRE.

Hay muy pocas cosas que realmente sean NUNCA o SIEMPRE.

¿Crees que interpretas una parte como si fuera el todo? ¿Te reconoces en este comportamiento?
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