lunes, 29 de marzo de 2010

La fuerza positiva del NO

Escuché a alguien decir que la palabra NO debería dejar de existir porque es horrible.

Creo que la palabra NO, al igual que su compañera , es potente. La encuentro llena de fuerza y no coincido en desterrarla del vocabulario. Pienso que es muy favorable que esté presente en nuestro hablar cotidiano.  Decir NO no siempre es negativo. Poder decirlo con comodidad nos aporta libertad.  Nos da la posibilidad de ser auténticas, fieles a nuestros principios.

Si alguien me propone algo que no quiero, busco la serenidad y la confianza que da emitir un NO.  Si una idea o situación representa lo opuesto a lo que busco, qué mejor que recurrir al poderoso NO. La tranquilidad de sentir que cuando quiero digo NO, me permite ser coherente con mis deseos.

Quiero el NO en mi vocabulario. Quiero poder contar con mi NO cada vez que desee o necesite.Qué importante es ser conciente de cuándo y en qué elegimos el NO. Un NO puede ser la base para afirmarnos en nuestro camino, para reconocer quienes somos. Deseo tener a mi disposición toda la fuerza positiva del NO.

domingo, 21 de marzo de 2010

La felicidad y la desdicha

Cuando nos ocurre algo desagradable, o molesto, o feo, o trágico nos consideramos desdichados. En algunos casos nos parece inadmisible esa desdicha y creemos que la vida es injusta con nosotros. Me pregunto: ¿de dónde hemos sacado la idea de que la vida es SIEMPRE agradable y placentera?
Personalmente considero que la vida tiene momentos buenos y momentos malos. Eso no significa que tengamos que alegrarnos si lo que nos toca vivir en el ahora es un hecho triste, o estar bailando de felicidad si estamos atravesando una situación extremadamente dolorosa (tal vez podemos bailar de dolor, aullando). Pero pensar que porque en determinado período la vida no es una fuente de felicidad somos unos desgraciados es ampliar a la totalidad un momento. Todos, visto así, somos felices y desgraciados.
Actualmente hay un surgimiento de libros, personas y técnicas que "venden" felicidad. Primero, todos sabemos que la felicidad no se vende. Segundo, no considero que la felicidad sea eterna, ni siquiera un estado permanente. La felicidad son momentos.
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lunes, 15 de marzo de 2010

Pequeñas variaciones en lo cotidiano

Hay un gran conjunto de actividades cotidianas que son rutinarias. Las hacemos casi sin pensar y a veces sin darnos cuenta. La propuesta de introducir pequeñas modificaciones en este tipo de cosas invita a volver a poner atención en lo simple, lo diario, lo habitual.
Se trata de cambios diminutos, que todos podemos hacer, pero que implican otra actitud sobre aquello que, al menos hoy, dejará de ser rutinario porque decido observarlo, decido prestarle atención y decido cómo hacerlo. Experimentar un cambio, una variación , una diferencia en la forma, nos abre el horizonte a la posibilidad de lo nuevo o incluso a descubrir que preferimos nuetra forma habitual.

Ir al trabajo tomando otro camino que el de costumbre
Cenar una comida que no es frecuente
Improvisar a la hora de condimentar la ensalada
Alterar el orden en que nos duchamos (¿empezar por la cabeza, por los pies, por los hombros?)
Combinar la ropa en una forma en que nunca lo hacemos
Poner música cuando solemos ver la tele
Desayunar té en lugar de café. O café en lugar de fruta y yogur
Hacerlo en el bar en lugar de en casa, o en un bar distinto al habitual
Leer una página al despertar en lugar de hacerlo al acostarnos
Cambiar la emisión de radio

Da igual lo que sea. Lo interesante es decidir modificar una rutina. Al menos una vez y ver qué pasa.  Tal vez no pasa nada, nada más importante que recordarnos que podemos hacerlo de otra manera, aunque nos guste más ésta.
Si siempre hacemos lo mismo la posibilidad de encontrar nuevas experiencias está acotada.
A veces olvidamos que las rutinas las establecemos nosotros y por lo tanto nosotros tenemos la posibilidad de modificarlas, aunque sea con un cambio dimiuto.
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miércoles, 10 de marzo de 2010

Sabiduría para reconocer la diferencia

En la vida hay cosas que dependen de uno y cosas que no.  Intentar controlar aquello que no depende de uno mismo, es uno de los caminos que lleva a la infelicidad.

Cuando deseamos algo que no depende de nosotros, es importante aceptar esa situación de no control. En muchos casos puede no gustarnos, pero reconocer que es así, seguramente nos hará sentir más tranquilos.

Podemos hacer aquello que depende de nosotros para lograr lo que queremos, y aceptar lo que no depende de nosotros en lugar de intentar controlar aquello sobre lo que no tenemos control.

En algunas circunstancias cotidianas que nos resultan molestas, es posible que estemos confundiendo aquellos aspectos sobre los que podemos actuar con aquellos sobre los que no.

Detenerse un instante a preguntarnos Qué puedo hacer. 
Puedo actuar sobre los factores que dependen de mí. Puedo aceptar aquellos que no. Lo sabio es reconocer cual es cual.

lunes, 8 de marzo de 2010

Feliz día

Felicitaciones a todas las mujeres.
A las que crean, a las que inventan, a las que descubren, a las que acompañan, a las que comparten, a las que defienden, a las que reclaman, a las que trabajan, a las que sueñan, a las que desean, a las que paren, a las que crían, a las que enseñan, a las que brindan por la esperanza de que alguna vez reivindicar el día de la mujer ya no sea necesario.

viernes, 5 de marzo de 2010

Deber o preferir

Cuántas veces nos decimos que debemos hacer ésto, o deberíamos actuar de tal manera. Este tipo de planteo puede parecer motivador, pero lleva asociada la presión del deber, de la obligación. Prueba experimentar la sensación que se siente cambiando deber por preferir. Cambiar "Debería levantarme más temprano" por "Sería preferible levantarme más temprano". O lo que fuera. Al reemplazar por preferir, estamos aceptando que si hacemos eso o sucede eso la situación sería mejor para nosotos, pero si no lo hacemos o si no sucede no es el fin del mundo, si no lo hacemos o si no sucede seguimos siendo personas dignas de amor.

lunes, 1 de marzo de 2010

Controlar lo incontrolable

La sabiduría se ha definido a lo largo del tiempo de infinitas formas. Cada uno elige la que le sirve, le agrada, le toca según el momento personal.

Por ejemplo:
Sabiduría es comprender que hay cosas que podemos cambiar y cosas que no.

El aprendizaje siempre es circular. Uno vuelve a pasar por un mismo sitio una y otra vez, pero en cada vuelta lo hace de forma distinta, generalmente a un nivel más profundo.

La ansiedad  nos envuelve a veces hasta llevarnos a la ceguera.

Hoy esperaba un mensajero que debía entregarme un paquete. Sabía que vendría durante el día, pero no en qué momento. Hacía o dejaba de hacer pensando constantemente en que llegaría en ese instante, o una hora más tarde o luego, ... Y la incertidumbre me provocaba ansiedad, y la ansiedad ceguera. Perdí la claridad de ver que la incertidumbre sobre el momento en que llegaría era algo que yo no podía cambiar.
Cuando tomé conciencia de qué era lo que provocaba mi alteración y mi incomodidad, acepté que no podía saber en qué momento llegaría y que entonces era preferible continuar con mis actividades haciendo o no haciendo pero asumiendo que no podía cambiar esa incertidumbre.
No digo que haya sido fácil la batallita entre aceptar los hechos, y el deseo angustiante de controlar la incógnita. Pero unas cuantas respiraciones profundas ayudaron a recordar un poco de sabiduría.