lunes, 26 de abril de 2010

La mujer sana

Un libro que me acompaña desde hace muchos años es el maravilloso Mujeres que corren con los lobos de Pinkola Estés. La autora explica que cuando las mujeres nos desconectamos de esa fuerza interna femenina que llama la mujer salvaje nos sentimos impotentes, dubitativas, temblorosas, bloqueadas e incapaces de seguir adelante.Cuando perdemos esa conexión natural con la psique de la mujer ancestral abandonamos nuestra creatividad y somos incapaces de controlar el propio ritmo o de imponer límites. 


Una mujer sana se parece mucho a una loba: robusta, colmada, tan poderosa como la fuerza vital, dadora de vida, consciente de su propio territorio, ingeniosa, leal, en constante movimiento. En cambio, la separación de la naturaleza salvaje provoca que la personalidad de una mujer adelgace, se debilite y adquiera  un carácter espectral y fantasmagórico...Cuando las vidas de las mujeres se quedan estancadas o se llenan de aburrimiento, es hora de que emerja la mujer salvaje.
Te invito a comentar tu experiencia con esa fuerza interna femenina que es la mujer salvaje 

martes, 20 de abril de 2010

El miedo a decir no

Hay un miedo especial a tener que adoptar una postura firme para mantener las propias ideas, expresar las necesidades o sentimientos, reclamar los derechos.... Un caso muy frecuente es el miedo a decir no.
Este texto de José Antonio Marina nos trae el recurrente tema de que a veces decir no o poner límites es parte de expresar nuestros deseos y nuestra identidad.  Este temor a hacer respetar nuestro espacio o nuestros derechos no siempre se manifiesta en todas las situaciones, sino de forma selectiva. Miedo a sostener nuestra postura frente a tal persona. O a reclamar derechos en un ámbito específico.

Una variante del miedo a decir no, es el miedo a decir no a la continuidad de una situación. Por ejemplo a terminar una relación o cambiar de trabajo. En estos casos el miedo a decir no a que la situación existente continúe puede estar sustentado por el miedo a lo desconocido, a la soledad, a lo diferente, al cambio.

Existen muchas formas de afrontar los miedos, el primer paso, como en todo, es aceptar que los sufrimos. Es importante reconocer que el miedo como emoción es básico para nuestra superviviencia. Sólo cuando se convierte en permanente o se manifiesta en forma desproporcionada ante estímulos que en realidad no representan ningún riesgo es cuando se convierte en un problema que afecta nuestra calidad de vida.

azul lunar ofrece encuentros para aprender a gestionar nuestra relación con el miedo

lunes, 12 de abril de 2010

Dónde poner la atención - El círculo de la queja


A todos nos pasa que a veces nos encontramos con personas que constantemente se están quejando. Cuando no es de la familia es del clima, o de su trabajo o de su falta de trabajo, o de la situación política o de la situación escolar de los hijos. Se quejan y a veces ni siquiera son concientes de que se quejan. Pero enuncian permanentemente quejas, por lo tanto descontento e incomodidad. 
Por supuesto que existen situaciones que pueden resultar molestas o con las que estemos en desacuerdo. Podemos escribir cartas de reclamación, o explicar que una situación nos disgusta. Pero no nos aporta nada bueno estar constantemente centrados en eso, y si lo estamos enunciando, le estamos dando atención.
Podemos decidir dónde poner la atención.
Cuando nos encontremos en esta situación, podemos elegir cambiar el tono. Llevando la atención hacia otro punto, otro aspecto, otro tema, para "sacar" al otro, o a nosotros mismos, del círculo de la queja. Si nuestro interlocutor vuelve a entrar en el circuito de impotencia, quejándose, siempre tenemos la opción de no seguirlo en esa conversación. Si somos nosotros mismos quienes recaemos, en el momento en que tomamos conciencia de lo que estamos diciendo podemos decidir poner la atención en otros aspectos.

¿A qué decido ponerle atención?
.

lunes, 5 de abril de 2010

La relación con el cuerpo

La relación con el cuerpo puede tener las características más inimaginables. Están las básicas y elementales: sentirse uno con el propio cuerpo, sentir que somos un cuerpo, sentir que el cuerpo es un simple instrumento que nos permite hacer las cosas, sentir que el cuerpo es un ancla o una cárcel qiue nos limita. Todas estas ideas las he escuchado de gente de carne y hueso con cuerpos de carne y hueso. 
Mi propia relación con el cuerpo, así como mi idea acerca del cuerpo han cambiado mucho y siguen cambiando. Una de las cosas que pienso es que el cuerpo es nosotros y por lo tanto habla de nosotros. Preguntarnos  ¿qué es mi cuerpo para mí? nos puede dar una idea no sólo de cómo entendemos el cuerpo, sino de cómo nos entendemos.

Te invito a hacer la experiencia: a tomar papel y lápiz y contestar lo más espontáneamente posible ¿qué es mi cuerpo para mí?
Luego puedes profundizar en detalles y honestidad, pero es importante tomar nota de la primera respuesta espontánea que surja.



Si quieres compartir qué te ha parecido esta experiencia puedes hacerlo a través de un comentario.