lunes, 12 de abril de 2010

Dónde poner la atención - El círculo de la queja


A todos nos pasa que a veces nos encontramos con personas que constantemente se están quejando. Cuando no es de la familia es del clima, o de su trabajo o de su falta de trabajo, o de la situación política o de la situación escolar de los hijos. Se quejan y a veces ni siquiera son concientes de que se quejan. Pero enuncian permanentemente quejas, por lo tanto descontento e incomodidad. 
Por supuesto que existen situaciones que pueden resultar molestas o con las que estemos en desacuerdo. Podemos escribir cartas de reclamación, o explicar que una situación nos disgusta. Pero no nos aporta nada bueno estar constantemente centrados en eso, y si lo estamos enunciando, le estamos dando atención.
Podemos decidir dónde poner la atención.
Cuando nos encontremos en esta situación, podemos elegir cambiar el tono. Llevando la atención hacia otro punto, otro aspecto, otro tema, para "sacar" al otro, o a nosotros mismos, del círculo de la queja. Si nuestro interlocutor vuelve a entrar en el circuito de impotencia, quejándose, siempre tenemos la opción de no seguirlo en esa conversación. Si somos nosotros mismos quienes recaemos, en el momento en que tomamos conciencia de lo que estamos diciendo podemos decidir poner la atención en otros aspectos.

¿A qué decido ponerle atención?
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